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Garia jotzeko makina. Zeanuri, c. 1960. Argazkia: Eusebio Ozerinjauregi.

Trilladora. Zeanuri, c. 1960. Foto: Eusebio Ozerinjauregi.

El trigo fue un cultivo de gran importancia en el territorio de Bizkaia, ya que su harina constituía un componente esencial de la dieta, sobre todo para elaborar el pan. Su abandono se produjo a partir de los años 1950, coincidiendo con las mayores posibilidades de comprar pan en el mercado.

A pesar de la importancia de este cultivo, no estuvo exento de problemas, dada la excesiva humedad de nuestro clima, que perjudicaba su producción. De ahí que la cosecha de trigo habitualmente no cubriese las necesidades de la población y fuese preciso importarlo.

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Secado de mazorcas. Armintza, Lemoiz (Bizkaia), 2019. Enrike Gaubeka. Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

En un apunte anterior, publicado el 26 de abril de 2019, y del que este es continuación, se trató la siembra y recogida del maíz.

Las mazorcas de maíz, cuando comienzan a madurar, se tuestan en el horno de pan. El grano tostado (labartoa) es el preferido para la elaboración de tortas de maíz (taloak). Se comen con leche o con productos de cerdo fritos en sartén (sartenekoa), como chorizo, tocino… Antaño el talo se cocía sobre una pala de hierro en el fuego bajo (behesua), luego pasó a hacerse en la cocina económica (txapea). (más…)

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Pan doméstico. Ander Manterola

Pan doméstico. Ander Manterola.

Retomamos el camino iniciado en un apunte anterior, publicado el 20 de julio de 2018, en el que hablamos de la siembra y recolección del trigo.

Una vez cosechado el grano se guardaba en arcones (kaxak) de 7 o 9 fanegas de capacidad, por lo común de madera de castaño bravío (eztitzaga), hasta llevarlo al molino y traerlo de vuelta hecho harina. El siguiente paso consistía en la elaboración doméstica del pan, tarea tradicionalmente reservada a las mujeres. (más…)

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Atado de cerilla

Atado de cerilla. Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

Según se ha recogido en las investigaciones de campo, en tiempos pasados fue común que participantes relevantes en el cortejo fúnebre, tanto familiares del difunto como vecinos, portaran pan y luz. Estas ofrendas singulares se depositaban en la sepultura simbólica de la casa mortuoria dentro de la iglesia. Dicha tradición se conservó en muchos lugares hasta los años 1960. (más…)