Apuntes de etnografía

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Reunión anual de la cofradía de Otzerinmendi, 11-09-2022. Cortesía del autor.

Si en la organización administrativa y política del Señorío de Bizkaia la anteiglesia ha tenido una importancia fundamental, hay otra institución de ámbito inferior que en determinadas áreas rurales, por ejemplo en el Duranguesado y en el valle de Arratia, también han jugado una función básica: la cofradía.

En este caso, el término cofradía no tiene una significación religiosa ni gremial, sino que se trata de una institución en torno a la cual se organiza administrativamente un grupo de casas o familias de ámbito vecinal, con la finalidad de dar una respuesta adecuada a las necesidades de tipo comunal. Tiene un régimen de funcionamiento independiente de la administración municipal, aunque determinadas decisiones deban ser adoptadas necesariamente en dicho nivel superior. Pero probablemente las cofradías son instituciones anteriores a la anteiglesia.

Las cofradías celebraban asambleas anuales —batzarrak— en las que elegían cargos como el de mayordomo —maiordomoa—, encargado de los asuntos concernientes a la ermita, y el de alcalde montazguero —basazaina—, que regía las labores comunales como plantaciones —landare imintzea—, distribución de lotes de leña y helecho, arreglo de caminos —bidegintzea—, etc. Por lo tanto, la cofradía aparece como una federación de casas primigenias —vecinos propietarios de foguera antigua—, con su sistema de elección de cargos y capacidad de emitir decretos y organizar tareas comunitarias.

Desde finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX, las cofradías procedieron a la privatización de propiedades que desde tiempo inmemorial tenían un carácter comunal. Paralelamente a este proceso de privatización, se dio una crisis de la institución.

Miembros de la cofradía de Otzerinmendi trabajando en el robledal de San Justo. Cortesía del autor.

La figura de la cofradía no se contemplaba en la legislación, pero la aprobación por el Parlamento Vasco de la Ley 15/2015 de 25 de junio permite que las cofradías se conviertan en sociedades civiles y actualmente algunas de ellas están intentando regularizar su situación jurídico-administrativa, convirtiéndose en sociedades civiles. Así, en el año 2015 la cofradía de Asterria de Zeanuri logró escriturar sus bienes pero basándose en la legislación del momento; más recientemente, en el año 2018 Altzusta y en el año 2019 Otzerinmendi han hecho lo propio pero basándose en la nueva legislación.

Aunque no con la vigencia de antaño, aún pervive el espíritu de esta institución tradicional en dos municipios del valle de Arratia: Zeanuri y Dima. El primero lo conforman siete cofradías y el segundo, ocho. Algunas de ellas, como Otzerinmendi, continúan celebrando su reunión anual, donde se renuevan los cargos de mayordomo y alcalde montazguero, y se consignan las cuentas y los acuerdos en el libro de actas. Así, el domingo siguiente al día de la Natividad de María, este año el 11 de septiembre, la cofradía de Otzerinmendi celebró su reunión anual en el paraje conocido como Arragoalde.

Jon Urutxurtu

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