Apuntes de etnografía

Procesión de los representantes de Arrastaria al santuario de la Antigua. Orduña (Bizkaia), 2014

Procesión de los representantes de Arrastaria al santuario de la Antigua. Orduña (Bizkaia), 2014. Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

En Orduña celebran los popularmente conocidos como ochomayos. En este día se renueva el voto que en el siglo XVII hicieron las autoridades, nombrando patrona de la ciudad a la Virgen de la Antigua.

El 9 de mayo el protagonismo corresponde a los vecinos de Arrastaria. Este valle pertenece al municipio de Amurrio (Álava) y lo conforman las aldeas de Tertanga, Délica, Artomaña y Aloria.

Los representantes de las cuatro localidades se reúnen a la entrada de la ciudad de Orduña, junto a la ermita del Buen Suceso. Allí les espera el txistulari y juntos van en procesión hasta el santuario de la Antigua. Cada uno porta su estandarte y la cruz de su parroquia. Los más jóvenes llevan velas que ofrecerán a la Virgen. Les siguen los responsables municipales y la gente de los pueblos.

La iglesia suele estar abarrotada. Antes de concluir la celebración de la misa, y cumpliendo con la tradición, un vecino de Arrastaria dedica una jota a la Virgen. El final de la ceremonia se anuncia con un toque de campanas. En ese momento giran la imagen de la Virgen en el altar y los asistentes pasan uno a uno a besar la estola y hacer su ofrenda.

Bailando las entradillas. Orduña (Bizkaia), 2014

Bailando las entradillas. Orduña (Bizkaia), 2014. Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

Una vez en el exterior se bailan las entradillas. Esta actuación solía ser más espontánea y animada antaño. Los bailarines salían entre vítores de “Aupa Tertanga”, “Ahora los de Délica”, “Viva Aloria”… Hoy en día son los jóvenes del grupo de danzas quienes actúan, y en agradecimiento, los mayores les lanzan monedas que ellos compiten por atrapar. Después los representantes municipales les entregan una placa conmemorativa.

La vuelta a la ciudad también se hace en procesión. Les recibe el alcalde de Orduña y se hace el trueque de makilas. El delegado del Valle de Arrastaria asume entonces la autoridad. Seguidamente se dirigen a la posada y, tras los discursos correspondientes, celebran una comida de hermandad. Al finalizar la jornada vuelven a intercambiarse los bastones de mando.

Igone Etxebarria – Labayru Fundazioa

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