Apuntes de etnografía

0

Luis Manuel Peña.

La verdad es que es una auténtica gozada repasar los nombres de los meses en euskera, porque aparte de las doce formas fijadas por Euskaltzaindia, la Academia de la Lengua Vasca, para el euskera estándar, hay otras muchas de diferente origen y formación, que nos proporcionan abundante material etnolingüístico y etnográfico para poder conocer más y mejor el modo de pensar de nuestros antepasados.

Aquí vamos a recordar algunas de ellas, tomando como punto de partida el Diccionario General Vasco, que puso en marcha el gran filólogo y lingüista Mitxelena, y que aquí denominaremos OEH (Orotariko Euskal Hiztegia) para abreviar. Con el fin de evitar confusiones, mencionaremos las formas de los meses exentas del artículo determinado singular (-a) que habitualmente las acompaña en su uso genérico: urtarril, otsail…, salvo cuando se trate de una -a orgánica, inherente a la forma sin artículo, la cual mantendremos.

Urtarril ‘enero’. Junto a esta forma conviven numerosas variantes dialectales de la misma, con pequeñas variaciones fonológicas: urtaril, urteil, usterril, urtarrail, hurtahila, urtarla… El propio OEH nos propone su etimología: urta-berr(i)-(h)il ‘mes de año nuevo’. Contamos además con otras dos preciosas palabras para denominar al primer mes de nuestro calendario actual, ilbeltz y beltzil, nombres aparentemente compuestos por (h)il ‘mes o luna’ y beltz ‘negro u oscuro’, con sus elementos alternados, que podrían hacer referencia en ambos casos a la oscuridad reinante en esta época solsticial, o quizás a la oscuridad que acompaña a la luna nueva.

Otsail ‘febrero’. Aunque el OEH no sugiera etimología alguna y Caro Baroja recurra a Astarloa para relacionar esta voz con otso ‘lobo’ u hotz ‘frío’, es evidente que existe un paralelismo zoológico entre otsail ‘mes o luna de lobos’ y katail ‘mes o luna de gatos’ o zezeil ‘mes o luna de toros’, que también se utilizan para designar al segundo mes de nuestro calendario gregoriano. Parece que la asociación de estos animales con el mes de febrero puede deberse a que su época de celo suele ser en estas fechas, pero tampoco descartamos, al menos en alguno de los casos, posibles ritos antiguos relacionados, según Caro Baroja, con dichos animales. Y cerramos este mes presentando otro vocablo: barantaila. El OEH recoge la propuesta etimológica de Gorostiaga, que señala como origen del término a la palabra latina parentalia o parantalia (fiestas fúnebres, con banquetes y sacrificios, que se celebraban en la antigua Roma entre el 13 y el 21 de febrero).

Martxo ‘marzo’. Este nombre de origen latino (Martius), junto con marti, utilizado en el occidente del país, hace referencia al dios de la guerra Marte, pues las campañas militares arrancaban en el primer mes del antiguo calendario romano (que era precisamente marzo). Pero tenemos otra bonita forma, menos marcial, para designar a marzo, que es epail. Parece que hay cierto consenso en relacionarla con las talas y/o podas de este tiempo, por mediación del verbo ebaki ‘cortar’.

Joseba Santxo Uriarte – Filólogo e investigador

Puede asimismo resultar de interés un apunte anterior dedicado a Los días de la semana en euskera.


 

Comentarios ( 0 )

    Deja un comentario

    Your email address will not be published. Required fields are marked *

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

    ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~