Apuntes de etnografía

Mingorri (Lekeitio, 19/04/2019). Foto: E. X. Dueñas.

La Cuaresma y su colofón, la Semana Santa, estrictas y solemnes en cuanto a sentido católico y de celebración durante largo tiempo, son una muestra de los cambios que se van produciendo en la sociedad. La aclimatación a cada momento histórico es una constante, pero no por ello deja de asombrarnos la variedad de formas de festejarlo según procedencia geográfica.

Fervor y pasión a partes iguales en muchas celebraciones. También en nuestra tierra podemos observar pasiones vivientes, procesiones y actos variados por estas fechas del calendario: desde Bilbao hasta Hondarribia, desde Tudela hasta Balmaseda.

“San Migel” (Azkoitia, 21/04/2000). Foto: E. X. Dueñas.

Pero en este breve artículo no vamos a tratar de lo, supuestamente, bien conocido, sino de lo que se escapa a lo habitual y, para comenzar, lo haremos con un personaje tan extraño como inanimado, “Mingorri” (lengua roja). Es el acompañante de “la Muerte” en uno de los pasos de la procesión del Viernes Santo en Lekeitio. Lo clasifican como dragón, pero más bien parece un animal escapado de un cuento. Su larga lengua de color rojo, reformada en su extensión después de la Guerra Civil de 1936, se ha convertido en la mofa de niños y niñas quienes, con los gomazkoak o caramelos, adquiridos en una pastelería cercana a la basílica de Santa María, previamente chupados, los depositan en tan elocuente y llamativo órgano. La imagen presenciada se encuentra a caballo entre lo caricaturesco, lo pegajoso y casi lo asqueroso.

De una figura de madera a un personaje que simula a san Miguel arcángel. Tanto en Segura como en Azkoitia, en la procesión vespertina del Viernes Santo, nos encontramos desfilando a un muchacho o a un adulto, vestidos con casaca, escudo y espada. Lo distinto, por llamarlo de alguna manera, no es la indumentaria de ambos, que con mayor repercusión la tiene el mismo personaje en la procesión del Corpus Christi en Oñati, sino su representación: tanto uno como otro, con paso marcial y acompasado, ejecutan una coreografía casi de corte militar cada varios minutos. El “san Miguel” de Segura se acompaña de varios angelitos: contradictoria imagen entre su desafiante espada y la “angelical” mirada de los pequeños.

“El Judas” (Añana, 19/04/1992). Foto: E. X. Dueñas.

Por último y obviando las procesiones y encuentros de Jesús con María del Domingo de Pascua, es en este día en el que aparece un elemento que, por traidor, lleva siendo denigrado unos cuantos siglos: Judas.

“Matar al Judas” está extendido por toda la península. A veces, el “Judas” es paseado y sentenciado para, acto seguido, ser apedreado, muerto a tiros o quemado. En Euskal Herria, es en algunos pueblos alaveses como Añana o Moreda y en Navarra (Los Arcos, Murieta, Viana, etc.), donde se le practica la quema en la hoguera. Curioso, por qué no decirlo, “Judas” y “Judesa”, la pareja, son volteados por los aires, al mismo tiempo que las llamas les convierten en ceniza. Quizá la paridad de género llegó a Moreda hace siglos sin darnos cuenta.

Emilio Xabier Dueñas — Folklorista y etnógrafo