Apuntes de etnografía

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Campeonato de bolos entre las cofradías de Zeanuri en la bolera de Altzusta (1-X-2022). Autor: Jon Urutxurtu.

El juego de bolos está en riesgo de extinción. La pérdida paulatina del juego de bolos y el declive del mundo rural se han producido simultáneamente a partir de mediados del siglo XX, debido sobre todo al éxodo poblacional de las zonas rurales a las ciudades industriales.

Si actualmente es un deporte minoritario, antiguamente fue casi tan popular como la pelota. Se han perdido centenares de boleras —bolalekuak o bolatokiak— y sobre todo se ha interrumpido su transmisión cultural de generación a generación.

Son muchas las modalidades del juego de bolos tanto en Euskal Herria como en otras zonas del Estado. Solamente en el territorio de Bizkaia se pueden contabilizar unas quince modalidades diferentes, algunas de ellas ya desaparecidas. Una de ellas es la de Zeanuri. Las boleras existentes actualmente están junto a algunas de las ermitas de las siete barriadas o cofradías que conforman el municipio y en ellas se juega una vez al año, el día de la fiesta de la ermita.

Las boleras de Zeanuri tienen una longitud aproximada de entre 19 y 26 metros y la anchura oscila entre los 2,50 y los 3,50 metros. En la zona del lanzamiento hay una tabla que hay que golpear con la bola, y si esta no percute en la madera o percute más allá de la línea de la tabla, es sinka, y el lanzamiento no es válido. En la zona izquierda, aproximadamente a la altura de la mitad de la bolera, hay una pequeña estaca —katxine— y si el lanzamiento toca en esa estaca, tampoco es válido.

Al final de la bolera se colocan cuatro bolos —txirloak—, tres del mismo tamaño —de unos 40 cm— y otro, más pequeño —de unos 20 cm—, a la izquierda de los tres grandes. Tras los bolos está el tronco denominado zubile, que indica el final o el tope de la bolera. Si la bola no toca este tope el lanzamiento será nulo y se dice que ha sido txorra. Junto al tope se suele colocar una persona, normalmente un niño —etxerue— que se encarga de devolver las bolas al lugar donde está el lanzador —bolari— y de colocar los bolos en pie. Al final de la competición suele recibir una propina de mano del ganador.

Juego de bolos en la bolera de Ipiñaburu (Zeanuri) en la década de 1910. Fotógrafo: Felipe Manterola.

El juego consiste en derribar los bolos y cada uno de ellos vale un punto. Si se derriba el bolo pequeño de la izquierda con la bola, no se consigue ningún punto. Ese bolo tiene que ser derribado por uno de los tres grandes.

Antes de jugar el bolari ha de depositar una pequeña cantidad de dinero —uno o dos euros—, que se denomina arrapea. Una vez pagado, tiene derecho a lanzar tres bolas. El ganador se lleva el dinero depositado por todos los participantes.

Además de jugar los arrapea, se juega un campeonato local individual en cinco boleras: en Altzuaga; en Undurraga; en Ipiñaburu; en San Justo y en San Lorenzo. Los mejor clasificados disputan la final individual en la bolera san Lorenzo el día siguiente a la festividad.

Para finalizar la temporada, en la bolera de San Miguel de Altzusta se disputa la competición por equipos compuestos por cuatro bolaris, en la que participan las siete cofradías que conforman el municipio.

 

Jon Urutxurtu

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