La representación de la cruz, como elemento significativo de la Pasión de Jesucristo, está ampliamente presente en la órbita de la religión cristiana y su simbología tradicional (signo protector de comunidades, unidades familiares convivientes, personas, animales o pertenecías) se ve reflejada en devotas tallas artísticas del interior de los centros de culto, en las cabeceras de las camas o custodiando el lecho del descanso eterno. Se establece pintada en puertas y ventanas, elaborada o formada por distintas especies vegetales o de forma emblemática, es realizada como gesto destacado del cristianismo.
Zazpitxaboleta es un paraje situado bajo la cima de Belatxikieta, que albergó un pequeño, húmedo y dulce hayedo y; a su vera, siete cuadras de ovejas que indicaban la importancia de la ganadería en aquel momento. Un paraje elegido desde antaño por los habitantes de los alrededores, porque ofrecía inmejorables posibilidades para dicho modo de vida. Desde la Edad Media, era una zona poblada de seles, arboledas sombrías, arroyuelos, pastizales, y zonas rocosas propicias para que pastara el ganado.
Por otra parte, en los alrededores había bastantes animales perjudiciales y para para hacerles frente, los pastores localizados entre Mugarra a Aramotz se reunían para afrontar el problema. Dichas reuniones recibían el nombre de azeri-batzarra. Estas juntas se celebraban un año en Mugarra y al año siguiente en Belatxikieta, y estando reunidos en una de ellas, Don Emiliano Zuloaga, nuevo terrateniente de los alrededores de Zazpitxaboleta, se percató de la preocupación de los pastores por la ausencia de una ermita en la zona, ya que en aquel momento la fe cristiana era muy importante.
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Dicen que aburrirse es bueno, que nuestro cerebro lo agradece porque nos permite reflexionar, organizar nuestras ideas o reconectar con nuestras verdaderas necesidades.
Será cierto, pues, que aburrirse es bueno. Pero, desde el punto de vista cultural, lo verdaderamente interesante es la otra cara de la moneda, esto es, el entretenimiento con el que burlamos el aburrimiento. Seguramente, además de a la pura necesidad, debamos al tedio provocado por largas horas de lluvia, de oscuridad invernal o de supervisión de mansos rebaños, por citar solo unos ejemplos, las más bellas muestras de artesanía tradicional en todos los materiales (textil, madera, metal, cuero, piedra, fibra vegetal, etc.) que han acompañado a los ámbitos profesionales y domésticos durante generaciones. Sin olvidar, por supuesto, otros ejemplos de creatividad vinculados a la oralidad, la música o la danza, en los que no necesariamente intervenían elementos tangibles.
Entre finales de junio y principios de julio aparecen figuras blancas en los montes vascos. Es el castaño, que cuando florece se viste de blanco. Debido a la importancia que ha tenido en la cultura vasca, esta es una época muy significativa. No hay más que preguntar a las personas que trabajan en las colmenas. Muestra de ello es el testimonio de Ignacio Abella recogido en la zona gallega, según el cual la floración del castaño indica el momento para que los carneros cubran a las ovejas. Es el último florecimiento antes del calor intenso del verano, y es por ello que, determina la fecha propicia para múltiples labores del mundo rural.