Apuntes de etnografía

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Tarjeta postal titulada “Romeria-Erromeria”, con una ilustración del pintor José Arrue.

Con el verano llegan las fiestas y una de las actividades relacionadas con la fiesta es el baile. A pesar de que actualmente se ven pocos bailarines en las plazas de los pueblos, no hace muchos años la gente estaba deseosa de bailar, pero se encontraban con la prohibición del “baile agarrado” conocido también como valseo.

Con motivo de las Fiestas Vascas organizadas en 1897 en Areatza-Villaro (Bizkaia), J. Larrea el cronista del diario El Nervión, el 12 de septiembre informaba lo siguiente: “… y en cuanto a las costumbres morales de Arratia, todo cuanto se diga es poco; baste con mencionar que en la romería celebrada el jueves último en Arteaga (Artea), se prohibió el valsear, y lo mismo sucede en esta villa, pues las autoridades no permiten que los «mutilleks» se agarren a las «neskatillaks» para bailar al son del tamboril”.

Fotografía de Javier García Rodrigo publicada en una revista en el año 1963.

Aunque con el paso de los años en la mayoría de los municipios de Arratia esta prohibición fue perdiendo fuerza, no ocurrió lo mismo en Zeanuri (Bizkaia). Aquí el baile agarrado estuvo prohibido hasta 1963. El 30 de julio de 1943, en un comunicado difundido por el alcalde de Zeanuri se decía: “No se admitirá para amenizar los festejos, más instrumento que el clásico tamboril quedando prohibido el llamado baile “agarrao”; no autorizándose más baile que el llamado suelto, es decir, a base de chistu y tamboril, que es el único que de tiempo inmemorial ha venido practicándose en esta anteiglesia”.

Al igual que las autoridades civiles también las eclesiásticas mantenían una actitud dura contra el valseo.

Todavía los mayores de Zeanuri recuerdan esta canción contra el baile agarrado que cantaban de niños:

 

 

Jantzara mutilak

Itxi baltseo zikina!

Aurrera neskatxak

Ohitura garbiakaz

 

Aupa mutilak!

Gora neskatxak!

Zuen ohitura onakaz

Zapaldu beti

Jantza nahastua

Zorakeri guztiakaz

Al baile muchachos / abandonad el sucio balseo. / Adelante muchachas / con las limpias costumbres. / Aupa muchachos / arriba muchachas / con vuestras buenas costumbres. / Pisad siempre / el baile que se mezcla / con todas las locuras.

Esta situación provocaba malestar, vergüenza y desazón entre los jóvenes de Zeanuri, que para bailar al agarrado se desplazaban a otros municipios de Arratia, sobre todo a la romería que todos los domingos se organizaba en Artea.

Es significativo lo que ocurría en la fiesta de San Ignacio que se celebraba en Gorbeia: en Igiriñao, jurisdicción de Zeanuri, sólo se podía bailar suelto al son del txistu y tamboril; en cambio, en Sastegi, jurisdicción de Orozko, se podía valsear al son del acordeón, y allí acudían muchos zeanuriztarras.

A principios de la década de los sesenta, debido a la presión de la juventud, la oposición al valseo que existía por parte de las autoridades civiles y religiosas se fue relajando y en las fiestas de Andra Mari de 1962, un grupo de jóvenes contrató al acordeonista Oromino, organizando una «romería paralela» para poder bailar al agarrado. Cuando pasaron la txapela con objeto de recaudar dinero para pagar al acordeonista, el carmelita Maurizio Larrakoetxea realizó una aportación mientras decía: «Si no es pecado en otros pueblos, aquí tampoco”.

En el programa de fiestas de Andra Mari de 1963 aparece la Orquesta Nervión. Este hecho representa ya el fin de la prohibición del baile agarrado en Zeanuri.

 

Jon Urutxurtu

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