Apuntes de etnografía

Cárabo. Sergio González Ahedo.

Aquellos presagios que tradicionalmente se han tomado como indicadores de la muerte próxima de una persona son de naturaleza supersticiosa.

Los más extendidos han sido los relacionados con los animales, generalmente domésticos, como el perro y el gallo, también los ha habido asociados a aves rapaces de hábitos nocturnos y a los córvidos.

El presagio de muerte más conocido es el del aullido del perro, que si lo hace lastimeramente, sobre todo de noche, es que va a morir una persona. En algunos lugares se le tenía por anunciador de la agonía o muerte de un vecino. El canto del gallo por la noche o a deshora también se ha tomado como presagio de muerte o señal de mal agüero. En ambos supuestos para deshacer el mal presagio arrojaban un puñado de sal al fuego o en el caso del gallo lo sacrificaban o vendían. Los comportamientos anormales o extraños de otros animales, como el ganado vacuno o los gatos también se ha creído que es predicción de muerte.

Fotografía tomada de youtube.com.

El canto de algunas aves rapaces nocturnas, incluso su simple presencia, se ha tenido por anunciador de muerte. Hasta se han consignado dichos como este del valle vizcaino de Carranza: Cuando el cárabo canta, la muerte levanta. Las mismas premoniciones se tenían en algunas localidades si se daba la aparición de algunos insectos como moscardones o mariposas negras.

También hay presagios vinculados a hechos y acontecimientos, el más común ha sido el del sonido anómalo de las campanas, tal como retumbar más de lo normal, prolongar el sonido lánguidamente, tañer con estruendo, producir mucho eco… Estuvo muy extendido el presagio de que coincidiera el momento de la consagración de la misa con los tañidos de la campana del reloj del campanario. En algunas localidades estuvo difundida la creencia de que una vez que las campanas comenzaran a tocar a muerto no lo hacían por un único difunto, sino que en un plazo breve de tiempo lo harían por uno o dos más.

Recaía mal augurio sobre el que ante la demanda de dinero o de un producto, paga, mide o pesa con exactitud la cantidad solicitada, aunque había quienes pensaban lo contrario. También ha habido otras señales de variado signo, como oír ruidos extraños o la caída de objetos sin explicación, la descarga de una tormenta si había un enfermo en el pueblo o la entrada de viento huracanado.

Entre los presagios derivados del acto mismo de morir destaca el que el difunto quedara con los ojos abiertos, sobre todo tras intentar cerrárselos, con esta actitud estaba llamando a la muerte a otro familiar.

Segundo Oar-Arteta – Etniker Bizkaia – Grupos Etniker Euskalerria

Para más información puede consultarse el tomo dedicado a Ritos funerarios del Atlas Etnográfico de Vasconia.


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