Apuntes de etnografía

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Fuente: Fondo Felipe Manterola. rchivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

Léxico

Hemos dejado el léxico para el final de esta trilogía. La transmisión del léxico es muy interesante entre lenguas en contacto. Se pueden distinguir tres tipos de palabras. En primer lugar, habría palabras que no están en la lengua receptora y que se toman de la lengua emisora. En este caso, ciertos nombres de cosas, ideas o conceptos que no había en castellano se tomaron del euskera, a veces con adaptaciones fonológico-fonéticas, por ejemplo calderapeco. También se pueden tomar palabras comunes por su gran frecuencia en el día a día. En segundo lugar, se adaptan algunas palabras que ya existían en el lenguaje receptor, pero no sólo fonéticamente, sino también morfológicamente, sintácticamente o semánticamente, dando lugar a híbridos curiosos, por ejemplo, erderakaso. En tercer lugar, también surgen nuevas palabras, que no aparecen en ningún diccionario, como por ejemplo, chirene. Pero basta de palabras. Vayamos, sin extendernos, a conocer algunos de esos vocablos que, aunque provenientes del euskera, estaban ya insertados en el castellano de los alrededores de Bilbao para finales del siglo XIX, así como otros que surgieron de esa relación lingüística entre euskera y castellano.

Palabras tomadas directamente del euskera

Amaiquetaco (almuerzo de las 11:00), beguichindor (orzuelo), beguisco (mal de ojo) (begizkoa egin: Haser beguisco), bersolari (el que canta bertsos), betiberba (charlatán), biocherre (ardor de estómago), biribilqueta (baile de pasacalles), caicu (chamarra de lana), caisio (hola), calderapeco (aguadora; literalmente la persona que va debajo de la caldera), carramarro (cangrejo), cococha (barbilla del pescado), coipachu (el tocino magro que se metía en el talo), coipesto (sucio, desaseado), colco (seno) (Ese cohorro morir se va a haser sino le metes en el colco…), contracosulo (por la tráquea: Írsele a uno por contracosulo), cui (conejillo de Indias), curruscu (punta del pan), chacolí (vino blanco de origen vasco), chalaparta (instrumento musical vasco de percusión), chalo (aplauso, bofetada), changurro (centollo), chindor (petirrojo), chiquito (pote de vino), chirla (almeja pequeña), chistorra (embutido vasco), chistu (instrumento musical de viento de origen vasco), chocho (grumete), dindirri (la vela de moco), ganorabaco (insustancial), garrico (faja), gauchori (parrandero al que le gusta la noche), guiarra (tocino magro), goitibera (especie de cart sin motor de origen vasco), gorringo (yema del huevo), gurpil (el efecto que se le da a la pelota), inchaursalsa (postre vasco a base de nueces), irrinchi (grito vasco sonoro y prolongado que indica euforia o alerta), lastana (cariño), larri (triste), laubegi (gafoso), lochabaco (sinvergüenza), lolo (dormir), magurio (caracolillo de mar), mamarro (majadero), mendigoisale (chamarra de lana con borlas), morrosco (joven sano y robusto), moscorra (borrachera), narru (piel, pellejo), nasteborraste (batiburrillo), neque (trabajo, pena, aflicción), ondaquin (desperdicio), ordago (todo o nada en el juego del mus), pa (besito), pacharán (licor de endrinas típico de Navarra), pil-pil (salsa ligada con suave herbor), porrusalda (sopa de puerros y patata), quilicolo (andar con malestar) quiliquili (cosquillas), sacadís (llevar los zapatos en chanclas, sueltos por detrás), saguchu (ratón), sanso (grito vasco de júbilo), sapaburu (renacuajo), saparrada (chaparrón), sapasto (melenas), sasquel (sucio), sensaina (niñer@), sensumbaco (insustancial), sereguinchu (quehacer), sirimiri (llovizna típica de Bilbao y el País Vasco), sirón (lución o enánago), sorqui (pañuelo enrollado que llevaban las kalderapeko en la cabeza para ajustar la carga), sorristo (piojoso), sugalinda (sugandila; lagartija), talo (torta de harina de maíz típica del País Vasco), uguerdo (sucio), urcullu (horcón; palo acabado en forma de V, para aguantar los bultos cuando se va a pie y se para para descansar).

Híbridos entre el euskera y el castellano

Aguaduchu (riada, inundación), agustina (a buztina, arcilla roja: Tapa el bujero con barro de agustina), alatúber (arat-uger; nadar de espalda; literalmente, nadar hacia arriba), alepo (en brazos; Tómale alepo a ese mañoso), alperron/a (holgazán), aparimerienda (merienda-cena), aprovechategui (aprovechado, gorrón), arribolas (cantos rodados), bocho (agüjero), botillero (ayudante, preparador), cacanarru (pequeño, sucio y desagradable), cansagarri (cansin@), coipelustre (persona sucia), comenensias (comodidades; ¡Muchas comenensias le pide el cuerpo!), chapichusqui (desaliñad@ en el vestir), chenche (niñ@), chimbera (escopeta para matar chimbos), chipirón (jibión), chosna (tienda-taberna desmontable usada en fiestas), danbolintero (tamborilero), erderacaso (castellanismo), gacho (difícil de hacer: ¡Eso está muy gacho!), gangarr@ (orgullos@, con poco sentido común y vag@), iñusente (tont@), isentar (nombrar; ¡Ya isentaremos eso y mucho más pa que les conosca la gente!), macalla (bacalao), maña (lloriqueo de mimo), marmear (refunfuñar o cuchichear), mojojones (mejillones), murco (adusto, cerril), olgar (jugar), ostiñar (robar), pichín (querid@), pirrilera (diarrea), plasta (pesad@), pocholo (adorable), quiñar (chinchar, azuzar), saltamachino (saltamontes), sapi (voz para ahuyentar al gato), saramero (persona que recoge la basura), sinsorg@ (persona que habla sin gracia), solitaña (mariquita), sustanchibaco (insustancial).

Nuevas palabras surgidas en el entorno de Bilbao

Cochorro (un tipo de insecto), curda (borrachera), cutifarra (mandil), chabisqui (taberna), chana (manzana), chastabeo (arreglo, apaño), chibo (columpio), chirene (chistoso, bromista, excéntrico), choto (gorro alto, grotesco y puntiagudo), engoitar (engañar con lisonjas), guiri (turista extranjero), isar (azuzar a un perro; ¡ísale a ese!), jebo (aldeano fornido de maneras toscas), lascar (soltar dinero: ¡Ya le hemos hecho lascar al amo para una merienda!), meco (persona débil y con poco carácter), muble (mújol; un tipo de pez), puchurrusquillas (literalmente rosquillas de soplo; una cosa imaginaria… cuando los chiquillos se acercaban con curiosidad a alguien, se les decía para hacer que se larguen: ¿Qué queréis… puchurruskillas?… y ellos se marchaban de la misma), sirinsirin (un plano inclinado, por el cual se escurría la chavalería jugando).

Hasta aquí lo que ha dado de sí este tema. Hoy día, afortunadamente, el euskera se está revitalizando en todo Bilbao y alrededores. A ver si algún día adquiere la fuerza y el esplendor que tuvo otrora. Que así sea.

Joseba Santxo Uriarte – Filólogo e investigador

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