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Jesus Unibaso ordeñando a mano en Urduliz. Fuente: Jesus Unibaso.

Tratamos del ordeño manual, eskuz erastea, en tiempos pasados. Para ordeñar las vacas había que crear un cierto clima de tranquilidad en la cuadra. Se procedía a limpiar la cama del recinto y se les echaba pienso en el pesebre para que se estuvieran quietas.

Se ponía agua en un balde y se procedía a limpiar bien las ubres, erroak, del animal. Se tomaba la banqueta de ordeño que disponía de tres patas de apoyo y un orificio en el centro para moverla con facilidad.

Antiguamente se ordeñaba directamente a un balde de zinc, pero luego por el riesgo de que volcara el recipiente, se ordeñaba primero a una medida o tanque y de aquí se vertía al balde. En cualquier caso, cuando se ordeñaba directamente al balde, sobre todo a partir de la generalización de los baldes de plástico por su escasa estabilidad, había que tomar la precaución de sujetarlo bien con las rodillas y los pies.

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Al tren con las cacharras de leche. Barrio de Ambasaguas en Carranza (Bizkaia), 1958. Cortesía de Miguel Sabino Díaz

Al tren con las cacharras de leche. Barrio de Ambasaguas en Carranza (Bizkaia), 1958. Cortesía de Miguel Sabino Díaz.

Nuestra sociedad tradicional, varias generaciones atrás, se basaba en el autoabastecimiento y apenas circulaba dinero. Muchos pagos se hacían en especie y era común el trueque entre vecinos. Algunos productos había que comprarlos: la sal, el azúcar, el aceite o el tabaco. En nuestro territorio se han conocido varias poblaciones con salinas, así que los habitantes de su entorno estaban abastecidos. Hubo tiempos en que se cultivó tabaco o bien los aficionados a fumar aprovechaban algunas especies vegetales que tenían a mano tras pasar por un periodo de secado. Como papel para liar estos restos vegetales se empleaban las brácteas más finas de la mazorca, las que están en contacto con los granos. En el sur de Vasconia se cultivaban olivos, así que el aceite no suponía ninguna limitación. En el resto, en caso necesario se sustituyó por grasas animales: sebos y mantecas. El azúcar, que se utilizaba poco, se podía sustituir por miel. Así que en determinados periodos de carencia, la casa de labranza casi podía ser autárquica desde el punto de vista de la alimentación. (más…)