Apuntes de etnografía

Árbol de Gernika e iglesia juradera. El oasis. Viaje al país de los fueros por Juan Mañé y Flaquer. Barcelona, 1880. Euskal Biblioteka. Labayru Fundazioa.

En muchos lugares del mundo, particularmente de Europa, ciertos árboles han sido testigos mudos de antiguas reuniones vecinales y de los acuerdos que en ellas se tomaban. Junto a ellos se asentaba ordinariamente una ermita o edículo y una mesa de piedra o, como en el caso de Gernika, una tribuna juradera. Como señala Caro Baroja los árboles, y singularmente el roble, tienen un significado profundo en la vida colectiva, política y legal.

En el País Vasco hay numerosos ejemplos de ello, pero lo que ha singularizado al Árbol de Gernika, que es un roble, árbol característico del país, es su pervivencia en el tiempo, su conservación y el mantenimiento de la tradición. Y otro tanto ocurre con los fueros que simboliza, por el tesón y defensa que de ellos ha hecho el pueblo vasco.

Las Juntas Generales de Bizkaia —con expresión actual podríamos definirlas como el Parlamento de Bizkaia— se celebraban a su sombra, y el cobijo en el que guarecerse de un clima tan lluvioso era la ermita cercana, que con el tiempo se amplió hasta convertirse en lo que es hoy. En aquellas reuniones se trataban los asuntos que afectaban al Señorío de Bizkaia y se elaboraban las leyes, o fueros, que regían en el territorio vizcaino. Los fueros eran además ratificados por los reyes tras jurar respeto y fidelidad a los mismos.

Árbol de Gernika e iglesia juradera, 2013. Segundo Oar-Arteta. Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

La Casa de Juntas y el Árbol se ubican en un paraje denominado Gernikazarra, perteneciente a la anteiglesia de Lumo, que dio nombre a la villa foral. El tronco del árbol viejo (hubo otros anteriores), que se mantuvo en pie de 1742 a 1892, se conserva en un templete; el actual se plantó en 2015. El edificio de estilo neoclásico se construyó entre 1826 y 1836 y la iglesia juradera de su interior estaba dedicada a Santa María, que pasó a denominarse la Antigua al construirse a mediados del siglo XV el nuevo templo de la villa consagrado también a la Virgen.

Cuando se convocaba a Junta General, según tradicional leyenda, desde los montes bocineros, las distintas anteiglesias enviaban a sus representantes, que habían de ser propietarios, cuyos nombres como apoderados se repetían, y en muchas ocasiones pertenecían a las grandes familias de Bizkaia. En 1876 se abolieron los fueros, y las Juntas Generales se reinstauraron en 1979, aunque a lo largo del tiempo fueron perdiendo muchas competencias. Recordemos solo a modo de ejemplo que para que un vizcaino fuera juzgado había de ser convocado previamente “so el Árbol de Gernika”.

Hoy en día las sesiones plenarias de las Juntas Generales de Bizkaia se celebran en la Casa de Juntas de Gernika; en ella y frente al Árbol toman posesión de su cargo el lehendakari de Euskadi y el diputado general de Bizkaia. El Árbol se ha convertido en símbolo de las libertades de todos los vascos, y así ha quedado inmortalizado por Iparragirre en el Gernikako Arbola.

Segundo Oar-Arteta – Labayru Fundazioa


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