Apuntes de etnografía

Festividad de la Virgen de las Nieves (Lanestosa, 05/08/2015). Foto: E. X. Dueñas.

En franca oposición a las labores de trabajo encontramos el ocio y la fiesta. Cualquier calendario festivo está plagado de celebraciones que se agrupan alrededor de los ámbitos público y privado, conformando una mezcla de elementos del pasado y de nuevo cuño.

El otoño, estación y ciclo, inicia su andadura con algo tan incrustado en el santoral como el día de San Miguel: Artzentales y Sestao, entre otros y, dando paso a noviembre, el cual viene precedido de Halloween: importado sí, pero no debemos olvidar que el vaciado de calabazas con el fin de atemorizar a los vecinos ya existía antaño. Los días de Todos los Santos y Difuntos, familiares y amistades se acercan a los cementerios, materializando la “tradición” no autóctona de portar y depositar flores y coronas en las tumbas.

Olentzero y Mari Domingi (Santurtzi, 24/12/2014). Foto: E. X. Dueñas.

Poco a poco llegamos a diciembre, a las Navidades, para algunos autores considerado el ciclo del Solsticio de Invierno. Periodo comprendido entre Nochebuena y el día de Reyes Magos: comidas y cenas especiales; Olentzero y Mari Domingi y los regalos usurpan el cetro a los postulantes de aguinaldos; los cotillones se reparten por todas las esquinas; o las cabalgatas de Reyes, con los personajes a lomos de caballos, en carrozas, o en barco.

Así pasamos a lo que podemos considerar el ciclo clásico de Carnaval: San Antonio (17 de enero), con las bendiciones de animales; la trilogía Candelaria-San Blas-Santa Águeda, con bendiciones de velas, “sanblases” y cuestaciones convertidas, en ocasiones, en reuniones de amistad en muchos pueblos, destacando la celebración en la ermita de Kastrexana. Las cuestaciones de “Carrastoliendas” se mantienen en Gordexola y Trapagaran. El “entierro de la sardina” se continúa realizando en Portugalete y Sestao, al igual que las tostadas en muchos hogares y los desfiles de disfrazados. Cierra el círculo unas “Marzas” que aparecen y desaparecen, según el año, en Karrantza y Lanestosa.

La primavera nos da la bienvenida con la Cuaresma, apenas considerada en la actualidad. A continuación, la Semana Santa. Alguna que otra procesión y Vía Crucis, con la pasión viviente como estandarte en Balmaseda y el “día de cornites” en Santurtzi. El Corpus Christi tampoco ha resistido el paso del tiempo.

Fiestas de San Vicente en su barrio homónimo (Barakaldo, 24/01/2016). Foto: E. X. Dueñas.

A lo largo del año las fiestas patronales se van sucediendo (San Nicolás, San Vicente, San Sebastián, San José, San Jorge, San Isidro, San Antonio…), alcanzando en el verano su clímax, precedidas por las hogueras de la víspera de San Juan: los diferentes “sanpedros” en Sestao, Gueñes o Zalla; la Virgen del Carmen en Santurtzi, Barakaldo y Zalla; Santiago en Gueñes; la Virgen de las Nieves en Artzentales o Lanestosa; la Virgen de la Ascensión en Portugalete y Sopuerta; San Roque en Turtzioz y Portugalete; San Bartolomé en Alonsotegi y Sopuerta; San Cosme y San Damián en Gordexola, etc.

Si esto no fuera suficiente, cada localidad cuenta con una amplia oferta de festejos de barrios y barriadas, con variados programas, además de ferias y mercados “tradicionales” o de reciente implantación, festivales de folclore y un sinfín de actividades municipales que se entremezclan con las de los colectivos locales.

 

Emilio Xabier Dueñas – Folklorista y etnógrafo

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