Archivo

0

Mascarada representada por mujeres; Eskiula, 1992. Fuente: Iker Uthurralt.

Las mascaradas son los carnavales tradicionales de Zuberoa. En las mascaradas, la sociedad se presenta dividida en dos grupos. Por un lado, los rojos, que representan la sociedad buena, honrada y formal. Entre ellos se encuentran las cinco personas principales: el señor y la señora, el labrador y la labradora, y los mariscales. Frente a ellos están los negros, sucios, harapientos e inmorales. En este grupo están los gitanos, integrados en Zuberoa desde antiguo, aunque la sociedad durante mucho tiempo tuviera prejuicios contra ellos. Además, están los personajes que interpretan antiguos oficios: los afiladores de espadas, los castradores de caballos, o los caldereros que arreglaban los calderos agujereados. El objetivo de la mascarada es, además de dar una imagen de la sociedad, criticarla de modo satírico.

 (más…)

0

Ganixak. Heraitze, Uztaritze; 2024. Fuente: Lorentxa Saragueta.

En el festival Hartzaro de Uztaritze, podríamos decir que la innovación se ha convertido en tradición. En los últimos 28 años, la época de carnavales ha sido la elegida por sus vecinos y vecinas para organizar el festival anual. Aunque este último invierno el oso pirenaico no ha disfrutado de su hibernación, el festival ha celebrado su despertar por todo lo alto.

 (más…)

0

Ronda en la víspera de Santa Águeda en Galdakao (04/02/2011). (Foto: E. X. Dueñas)

Si bien se ha dado en llamar al Carnaval, en otros tiempos en este país, la fiesta reina del Invierno, en el ámbito del Catolicismo y dejando al margen el ciclo navideño, la celebración de Santa Águeda, con el preámbulo de la Candelaria y San Blas, han conformado lo que podríamos denominar una “trilogía festiva” de corte sagrado-lúdico.

 (más…)

0

Zahagi dantza en el balneario de Zestoa. Foto: Archivo de Zestoa.

No es nada extraña la presencia del vino y los pellejos destinados a su transporte en las celebraciones festivas del país. Dando nombre a danzas y recorridos (edate dantza), constatado en la referencia de las danzas cantadas o su presencia icónica en las festivas agrupaciones de juventud (zaragi mutilek, mutil ardoak, eskotekoak, etc.) que se asocian al uso habitual de estos pellejos y la habitual invitación festiva de vino a los asistentes. Por lo tanto, no es descabellada la idea de considerar al citado odre, inflado de aire y ya terminado, como un elemento simbólico de indicar a la comunidad el final del jolgorio festivo y la propensión a tomar el ritmo rutinario de las labores productivas cotidianas.

 (más…)