La sangría fue un método científico ampliamente utilizado por la medicina oficial en tiempos pasados, pero con los años su uso quedó relegado al ámbito de la medicina popular.
Eran dos los procedimientos empleados: se abría una vena periférica, practicando un corte, a fin de que se produjera una hemorragia controlada, o bien se aplicaban sanguijuelas —conocidas mayormente como uzanak o izainak en euskera— que absorbían la sangre impura o sobrante. (más…)
En un apunte anterior tratamos el tema de las peregrinaciones a ermitas y santuarios como medida de protección o cura ante la enfermedad. En esta ocasión nos referiremos a casos de infertilidad y trastornos propios de la infancia. Y hablaremos en pasado porque son prácticas que han ido perdiendo vigencia en los últimos años.
En la sociedad tradicional la infertilidad ha sido considerada casi como una desgracia, y comúnmente, si no exclusivamente, era atribuida a la mujer. Tener descendencia era una bendición, pues aseguraba la continuidad familiar al tiempo que aportaba mano de obra para las labores domésticas. Y es que la aspiración de toda mujer casada era ‘tener familia’, y quienes no la tuvieran pedían la intercesión de la Virgen o los santos para tenerla. (más…)
La salud es uno de los bienes más preciados de la vida. La enfermedad, en cambio, provoca que no podamos disfrutar plenamente de ella. Según las creencias cristianas, Dios es el origen de la vida y de su voluntad depende la preservación de la salud y la curación de las enfermedades. En esta convicción se fundamentan las prácticas religiosas, oraciones, promesas y peregrinaciones que hacen los aquejados a algunas ermitas y santuarios para que remita la enfermedad y se recupere la salud. (más…)
Al igual que el fuego ha sido el elemento central de la casa tradicional, la sangre es vital para las personas y los animales que en ella habitan. Hay, de hecho, una vieja sentencia que dice que ‘una casa sin fuego es como un cuerpo sin sangre’, su bako etxea, gorputz odolbagea.
La sangre se asocia incluso a estados de ánimo y al carácter de las personas. Así, por ejemplo, decimos que nos ‘hierve la sangre’, odolak irakiten deusku, cuando estamos muy enfadados, o que alguien ‘no tiene sangre en las venas’, odolbakoa da, para dar a entender que es una persona que no se altera por nada o que tiene poco arranque. Hay cantidad de expresiones de este tipo que utilizamos en nuestro lenguaje cotidiano casi sin darnos cuenta. (más…)